Concierto de Kelvis Ochoa
El concierto de Kelvis, en el teatro Karl Marx, fue un verdadero espectáculo, bien concebido en la producción, el montaje, las luces, el sonido, la escenografía —del artista de la plástica René Francisco Rodríguez, que instaló su obra “Taller de reparaciones” para la ocasión—, la dirección musical de Harold López-Nusa, que además de estelar pianista concertista y jazzista, ahora muestra una nueva faceta más popular, y la excelente dirección artística de Jorge Perugorría, que va ampliando su abanico creativo: actor, pintor, director de cine y de espectáculos. Se observó con toda claridad que al concierto le pusieron las ganas. A su vez sirvió para presentar el nuevo disco de Kelvis con la EGREM.
El espectáculo termina en “Gran Finale”, con la comparsa de Los Guaracheros de Regla, Los Tambores de Bejucal y “La conga de Juana”, una galería de personajes cubanos, como un adelanto de los carnavales que renacerán en La Habana. La gente sale del concierto: renovada, como si asistiese a una revolución musical.